Como cada año, al comenzar la época de frío, levanté a mis hijos cuando aún estaba oscuro.
Mientras los ayudaba a vestirse, les recordé que cuidaran mucho su suéter del uniforme, pues era el único que les permitían usar en la escuela, y, si se perdía, yo no iba a comprarles otro.
-"No te preocupes, mamá"- me dijo el mayor, – "¿te acuerdas que nos dejaste usar nuestro Sello Para Ropa para ponerle nuestro nombre a nuestros uniformes y nuestros útiles? ¡Hasta las mochilas marcamos!"-.
Y sí, claro que lo recordaba. Después de un par de años sufriendo porque no había alcanzado a mandar a bordar los uniformes, una amiga me recomendó los Sellos Para Ropa y las Etiquetas, y desde entonces mi vida y la de mis hijos cambió para bien.
Ahora todo estaba identificado en un 2 x 3, los mismos niños marcaban sus cosas, todos se divertían y tenían más tiempo libre y menos estrés.
Sonreí y pensé "Ya sé qué le voy a regalar a mi hermana, ahora que su pequeño comience a ir a la guardería".